Luchando contra las malas hierbas

Enemiga mortal de todo jardinero aficionado y profesional: la mala hierba. La mala hierba es la pesadilla de todo amante de la jardinería, pero hay que entender que no se trata de un tipo específico de césped o planta, sino de cualquier planta, enredadera, etc; que se extienda hacia donde no debe y que crezca en forma demasiado rápida, fagocitando a plantas vecinas.

Existen dos grandes grupos de malas hierbas: los perennes y los anuales. Sobre estos últimos podemos decir que son aquellas malas hierbas en las que el ciclo de vida es durante unos pocos meses, pero llegan a liberar grandes cantidades de semillas antes de morir. Son plantas que se suelen extender muy rápidamente y son de las que más hay que cuidar el jardín porque si no prestamos atención pueden tomar control de éste.

En cambio las hierbas malas perennes viven varios años, y suelen rebrotar a partir de la primavera con nuevos bulbos que logran sobrevivir bajo la tierra. Al igual que las anuales pueden producir semillas y el control es más dificultoso puesto que a diferencia de las anuales, no basta con arrancar la planta, porque no asegura que no volverá a crecer (a menos que se logre quitar la totalidad de las raíces que yacen bajo tierra, de lo contrario estaremos perdidos: volverá a crecer).

Siempre es mejor mantener un control permanente y semanal, que tener que luchar contra todo una plaga una vez que se haya desperdigado por todo nuestro jardín. El único método natural para combatirlo es ir planta por planta y arrancarlo con la mano o con la ayuda de un saca hierbas especial (que es como un bastón que se coloca por el tallo de la misma, se jala hacia arriba y se la arranca de cuajo).

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