Diseñando los recorridos en nuestro jardín

Una de las cosas más importantes que debe tener en cuenta un jardinero y los paisajistas especialmente, es aprender a pensar el espacio del jardín como un recorrido que nos invita a descubrir maravillas en cada rincón. El secreto de un buen jardín no siempre reside en la vegetación, sino en el verdadero camino que creamos para éste.

Un sendero es una parte crucial de un jardín; de entrada porque nos permite desplazarnos de un lugar a otro sin pisotear la vegetación, pero porque también ayuda a ordenar un recorrido en cuanto a elementos plantas, flores, arbustos y árboles se refiere. Se dice que solo los buenos amantes de la jardinería son capaces de crear senderos maravillosos que no dejen todo a la vista, sino que inviten a ver que hay más allá del camino, escondiendo fragmentos para sorprender al caminante.

Por ejemplo, las curvas en el sendero pueden ser un elemento que aporten este misterio tan necesario para descubrir un jardín porque de nada sirve tener un camino totalmente recto en donde esté todo a la vista. Crear zonas más oscuras con poca luz, cerrando la curva hacia la vegetación más espesa (creada por enredaderas y arboles frondosos) puede ser un punto excelente para generar atracción. También es bueno colocar antes de una curva un banco que sirva para tomarse un descanso y poder apreciar pequeñas plantas que rodeen el camino, así como flores y arbustos más pequeños y muy aromáticos, para cautivar a la persona que recorre.

Siempre hay que recordar que cuando se plantea un sendero en nuestro jardín hay que tener en cuenta el inicio y el final del mismo, porque puede ser que el final sea excelente pero que el inicio no nos invite a nada.

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