¿Cuál es la diferencia entre las plantas indica y sativa?

El cannabis fue clasificado por primera vez en 1753 por el botánico Carl Linnaeus, considerado el padre la taxonomía biológica. El naturalista sueco identificó una sola especie de cáñamo, Cannabis sativa. Publicó por primera vez el nombre científico Cannabis sativa en el libro ‘Species Plantarum’. En 1785, el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck describió una segunda especie de cáñamo en su obra ‘Encyclopédie Méthodique’, Cannabis indica. Linnaeus y Lamarck utilizaron las palabras sativa y indica para describir dos variedades de cannabis con rasgos físicos muy singulares. Hoy en día, las tiendas y sitios especializados en productos elaborados a base de CBD utilizan estos términos para que los cultivadores tengan una mejor compresión de qué tipo de planta van a cultivar. Las variedades indica y sativa presentan algunas diferencias fundamentales.

Cannabis sativa vs Cannabis Indica

La diferencia más evidente entre las variedades indica y sativa son sus rasgos físicos. La especie Cannabis sativa es la más alta y delgada de todas. Tiene hojas largas y estrechas, así como cogollos finos. Dado que puede alcanzar hasta los cuatro metros de altura, las cepas sativas son las más adecuadas para cultivar en exterior. Mucho más pequeña y frondosa, la especie Cannabis indica crece aproximadamente la mitad de la altura de la sativa y tiene hojas de color verde oscuro más anchas, que dan lugar a cogollos compactos y densos. Gracias a su pequeña estatura, las indicas son ideales para el cultivo interior.

La inclinación por el Cannabis sativa o el Cannabis indica determina qué tan rápido crece, la cantidad de luz solar y calor requerida, y todas las diversas variables implicadas en el cultivo. Las cepas indicas suelen absorber más calor y luz solar, ya que son nativas de regiones más frías, secas y montañosas. Para poder soportar estas condiciones, esta variedad tiene un tiempo de floración más corto, entre 45 y 60 días, y es más resistente durante el crecimiento, por lo que es ideal para crecer en climas y meses más fríos. Por su parte, las cepas sativas, que son originarias de regiones con climas tropicales y más cálidos, necesitan mucha luz y temperaturas suaves. Además, tardan más tiempo en completar la floración, ya que necesitan entre 60 y 90 días.

Otra diferencia clave entre las variedades indica y sativa son los niveles de cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabinol (THC) presentes en cada una. Estos son dos de los más de cien compuestos químicos conocidos en el cannabis. La especie Cannabis sativa contiene un alto porcentaje de THC, por lo que produce efectos eufóricos, energizantes y estimuladores. Por su parte, la especie Cannabis indica contiene una cantidad más reducida de THC y destaca por un mayor porcentaje de CBD. Como resultado, el consumo de las cepas indicas conduce a una sensación de relajación corporal profunda, produciendo relajación física, analgesia y reflexión. Con el paso del tiempo, las cepas de estas dos especies de cannabis se han cruzado, dando lugar a híbridos con características de ambas que consiguen diferentes equilibrios entre THC y CBD para adaptarse a las necesidades de los consumidores.

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