Gracias a los mails que me envían, me van dando la pauta por donde debo continuar en este tema de las orquídeas, que como ya he comentado, al igual que ustedes soy primeriza en conocer a fondo esta maravillosa especie, entre más investigo sobre ellas, me inundan deseos de tener una plantita, para identificarme con lo que se expone en conocimientos, será un poco más adelante, aún falta mucho por conocer.
Antes de continuar con la reproducción, me manifiestan que igualmente que a mí, nos quedó rondando esta forma de reproducirse en estrecha asociación con las micorrizas, por lo que hablaremos un poquito sobre este hongo.
Micorrizas, palabra de origen griego, que define la simbiosis entre un hongo (mycos) y las raíces (rhizos) de una planta, como en toda relación simbiótica, los participantes obtienen beneficio, la planta recibe del hongo agua y nutrientes minerales, y el hongo a su vez recoge de la planta vitaminas e hidratos de carbono, que por sí mismo es incapaz de sintetizar, la planta lo hace gracias al proceso de la fotosíntesis además de otras reacciones de su maquinaria interna.
La primera vez que se habló sobre este hongo, fue en el año 1885 cuando el botánico alemán Albert Berhhard Frank detectó su presencia en varios árboles frutales, más adelante el francés Bernard descubrió su vital importancia sobre todo en el desarrollo de las semillas de las orquídeas.
Hay que anotar que en la naturaleza un 90% o más de todas las plantas presentan esta simbiosis en forma habitual; en algunos habitat un mismo hongo pude abastecer varias plantas, lo que significaría entre todas ellas una conexión de traslado de procesos, por lo que algunas ni necesitarían la fotosíntesis.
Seguiremos luego.
