En post anterior el señor Efraín nos ilustraba sobre la composición anatómica de las semillas de orquídea, hoy continuamos con el proceso de secado de las semillas de orquídea.
Cuando una cápsula esta por abrir se nota la abertura cerca del final de la columna, algunas veces tarda días en abrir otras solo horas, luego de hacerle el corte transversal con una navaja esteril se nota como los carpelos se abren como resorte haciendo que la semilla salte fuera de inmediato.
Por el tamaño de la cápsula permite engrapar su tronco a la orilla de un filtro de café que permitirá un secado contínuo, ya que es necesario colocar la cápsula suspendida, y además sumergir el filtro en un frasco para cuidar del viento a las semillas, importante es no tapar ese frasco para que las semillas no se humedezcan.
Pasados unos días en que las semillas ya estarán secas caerá fuera de la cápsula con solo sacudir con golpecitos suaves, no debe rasparse la cápsula ya que se mezclaría con otros materiales que vendrían a dificultar el proceso de desinfección.
Una vez vaciada la cápsula, deshechela y a las semillas que han quedado en el filtro almacenelas en el mismo asegurándolas con cinta, además de etiquetarla poner el género y la especie de la planta madre, si proviene de una autopolinización, un cruce u otro método, la fecha de esta polinización, fecha de la cosecha y número de identificación asignado por quien la tiene a su cuidado.
Posteriormente si son muchas las semillas necesitarán otro secado, con desecante en un frasco cerrado y a temperatura ambiente, un frasco por paquete aunque pertenezcan a la misma planta.
Luego de ese secado, debe ser enviada inmediatamente al laboratorio, si no fuera posible hacerlo, entonces debe secarla aún más y después almacenarla en el refrigerador dentro de un recipiente con un poco de desecante.
