Composición, formas.

composición

Uno de los diseños más comunes en la jardinería es la composición de zonas mediante elementos de distintas alturas y formas, así, se oponen formas redondeadas a formas puntiagudas, hojas pequeñas frente a  aciculas o agujas ( de coníferas), colores complementarios u opuestos, ejemplares que necesitan de poda junta  a otros silvestres , todo ello con el fin de llamar la atención sobre una área determinada, remarcar el valor visual de una zona o conducir al paseante hacia donde queremos. A vece esas pequeñas composiciones son el tránsito hacia el elemento principal del jardín, otras están a la entrada y por lo general  marcan el límite entre zona de paso ( césped o enlosados) y la zona que llamamos «de contemplación». Es evidente que podemos incluir diversas variedades, jugar con formas, épocas de floración, colores, si bien no debemos caer en el exceso, en la sobrecarga. Las coníferas enanas tendrán aquí un aspecto destacado, así como arbolillos o arbustos de porte elegante, y dado el sistema de cultivo las distintas profundidades que alcanzan las respectivas raíces darán buena cuenta del abonado y riego. Es importante eso sí determinar el tipo de especie a utilizar en función del suelo, es decir si tenemos un suelo muy ácido no nos interesa una enmienda puntual para algunos ejemplares, y si el suelo es tirando a neutro y deseamos poner plantas acidófilas( rododendros y azaleas son los principales ejemplos) debemos de sopesar el trabajo de mantenimiento y el coste de las enmiendas, como siempre hacer caso a la lógica nos dará mejores resultados.

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