Fertilización orgánica, introducción.

Hoy haremos una pequeña reseña sobre la fertilización orgánica, si bien creo es importante diferenciar los  efectos de los aportes de materia orgánica al suelo. Por un parte está la mejora del suelo en su aspecto físico, esto es textura y estructura del suelo y por otro lado los efectos sobre la química si bien sería más acertado decir sobre la bioquímica del suelo, pues es este quizá el efecto más tangible. La descomposición de la materia orgánica por parte de hongos, levaduras y microfauna hace que los restos vegetales que o bien se han depositado de forma natural( suelos de bosques y zonas sin cultivar), o bien hemos depositado(restos de siega, poda, cenizas, material compostado) se mineralicen y den lugar por una parte a  elementos ( nitrógeno, calcio) y por otra obtenemos un materia esponjosa, con gran capacidad de retención de  agua, ligera que conocemos como humus, sin entrar a valorar ahora los diferentes tipos según su origen. ¿Cuál es el problema? Bien la mineralización es escasa,  luego el aporte necesario de material vegetal para lograr cantidades de elementos fertilizantes sería muy superior al aporte de abonos «industriales», y esto en cultivos intensivos supone una merma en producción que resulta inaceptable. ¿Cuál es la ventaja? Refiriéndonos a un jardín propio, con espacio suficiente para hacer una recogida selectiva de desechos y realizar un compostaje , la ventaja sería usar un producto natural, reciclado, que aporta alimento y vida al suelo, permitiendo mantener y mejorar la estructura y textura del suelo, lo que sin duda mejora la salud tanto del suelo como de las plantas que en él habiten.  Ahora bien, si nuestro jardín posee un elevado número de plantas, una gran extensión o un diseño en el que la fertilización sea una factor principal (  grandes grupos de flores, ejemplares de primor, céspedes) tendríamos que conjugar ( de hecho es lo normal) el uso de abonos orgánico e inorgánicos así como establecer planes de riego adecuados. En zonas ganaderas el estiércol ha sido uno de los principales abonos naturales, si bien creo se entenderá que un jardín no puede ser estercolado con los mismo parámetros que una pradera destinada al pasto, y para mezclar con más restos vegetales es mejor el estiércol ya «hecho» que tiene muy bajo contenido en nitrógeno debido a la volatilidad de la urea, de manera que seguimos limitados. La observación de la naturaleza siempre nos da un idea sobre el equilibrio, necesario, y aunque la jardinería se basa en lo natural, cualquier desequilibrio o requerimiento de nutrientes y/o agua deberemos de compensarlo si bien es perfectamente  posible diseñar jardines en los que el abonado pueda ser totalmente orgánico, sabiendo eso sí que esos restos orgánicos deben de estar disponibles en cantidades adecuadas y marcando un calendario de actuaciones. Como el asunto es mucho más complejo de lo descrito en esta pequeña introducción, seguiremos con más post al respecto.

Foto: Kay Ledbetter