Otoño

La entrada del otoño en nuestras latitudes supone el inicio de unos fenómenos fenológicos que hemos sabido aprovechar para plantearnos escenarios y paisajes. Desde un punto de vista meramente fisiológico las plantas que no son perennes hacen acopio de reservas, extraen de las hojas y brotes todo el alimento posible y engrosan la corteza que les servirá de aislante para que el frío del invierno no congele los vasos encargados del transporte de la savia. Los ocres de las hojas son el resultado de la atenuación de la clorofila, que al disminuir las horas de luz y bajar las temperaturas va ralentizando su trabajo, permitiendo que sean otros los pigmentos visibles, responsables del magnífico aspecto de los bosques caducifolios.

castañas Es el momento en el que los frutos de las fagaceas (hayas, castaños) alcanzan su madurez , caen al suelo acompañados de las hojas y crean sobre el bosque un manto de restos que poco a poco se convertirá en mantillo, humus y suelo fértil. Un proceso cíclico que hace de los bosques zonas de gran fertilidad. Poco a poco se van despojando de las hojas los árboles, algunas permanecen secas sin caer ( se les llama marcerescentes) , engrosa la corteza y podemos observar la estructura del árbol perfectamente. Hay aún arbustos en floración y anuales que están adaptadas a esas condiciones de pocas horas de luz, son quizá los crisantemos las más conocidas por su relación con la fecha de conmemoración de los difuntos, pero en general al naturaleza se prepara para el parón que significa el invierno, o significaba porque ya no hay ninguna duda de que en la actualidad la época denominada invierno es de una duración más corta que hace medio siglo y que en años como en este en los que la meteorología no parece querer adaptarse al calendario resulta complicado dar pautas exactas y cerradas.

Sea como fuere, el otoño en el jardín es tiempo de relax, hay menos premura por la siega, los macizos y arriates pueden ir sustituyéndose y preparando el terreno, el riego en zonas de pluviosidad alta ( zona norte, zonas montañosas, con precipitaciones anuales entre 900 y 1000 mm) puede ir espaciándose, los tratamientos para plagas y enfermedades ya han sido dados(faltarían algunos como aplicar los aceites contra las larvas) y muchas de las labores rebajan sus exigencias. Para los céspedes es un buen momento , podemos resembrar, airear, escarificar, mientras dejamos que los tonos ocres y rojizos vayan apoderándose de nuestro jardín, ideales para disfrutar en tardes despejadas en las que las puestas de sol tiñan el entorno.

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