Cuando nos referimos a la falta de agua en el terreno, los jardineros solemos estar más preocupados por sus consecuencias en las plantas de flor que en otros ejemplares. En árboles y arbustos no es tan fácil apreciar la falta de agua inmediata, pues sus reservas son mayores y sus tejidos contienen más materia seca, lignina, celulosa, pero en plantas de flor de temporada, anuales y bianuales sobre todo ocurre que la pérdida súbita de agua, por golpes de calor, vientos fuertes y cálidos o prolongada insolación junto con elevadas temperaturas hace que los tejidos de sostén de la planta pierdan su turgencia y con ella su capacidad de afrontar la gravedad ( geotropismo negativo es el nombre que recibe el movimiento de crecimiento de las plantas, esto es en contra de la gravedad de la Tierra). Es cuando el peso de flores, hojas y tallos hace que la planta se doble y presente un aspecto mustio, nada estético y peligroso si no hacemos anda por recuperar ese agua perdida.
