Son numerosas las personas que demandan herramientas y maquinaria de jardín eléctricas, los motivos suelen ser que producen un ruido menor, el tamaño de la parcela o zona a cuidar no es muy grande luego no se necesita una máquina de gran tamaño y potencia, y en otos casos el deseo expreso de no usar combustibles. Hay que recordar que la máquinas a motor de gasolina o gas-oil requieren de un mantenimiento, pueden provocar fugas de combustible, este debe de almacenarse en recipientes especiales y según quienes sean los habitantes de la casa (si hay muchos niños, es una casa de vacaciones compartida…) prima la seguridad.
Hasta hace unos años la gente parecía reacia a usar máquinas eléctricas por miedo a una electrocución, curiosamente el número de taladros eléctricos no dejaba de crecer, junto con herramientas mucho más específicas. Hoy por hoy es un mito que cae por su propio peso, la seguridad de las conexiones en cualquier herramienta eléctrica es muy alta y casi imposible que se produzca un incidente si observamos las instrucciones y mantenemos los cables de conexión en perfecto estado. Una de las pegas que se les ponía era la longitud del cable, con la consiguiente dificultad para maniobrar y ejecutar ciertas tareas, sobre todo podas, de manera que desde hace tiempo podemos comparar máquinas eléctricas que funcionan con baterías de litio y/o níquel cadmio, al igual que los taladros ya tan familiares.
¿Cuáles son las diferencias entre este tipo de maquinaria y las propulsadas a motor de combustión? Básicamente las herramientas eléctricas se usan en áreas pequeñas, en tareas que no exijan gran potencia y su menor peso las hace ideales en zonas de césped que están debilitadas o en las que el paso de una máquina de más envergadura podría dejar marcas ne el terreno indeseables. NO obstante conviene analizar el uso que se les va a dar, el tamaño de nuestra parcela y la relación calidad / coste del producto.
En los siguientes enlaces podemos ver varias de esas herramientas y algunas de sus características.
