Fuerteventura, agricultura sostenible y sequía.


En el pasado mes de diciembre del 2007 podíamos leer en Fuerteventura hoy la siguiente noticia : » El Departamento de Obras y Maquinaria del Cabildo continuaba hoy con los trabajos de rehabilitación de los elementos etnográficos arquitectónicos en toda la cuenca del barranco de Guisguey, en la ejecución de un proyecto de elaboración propia que permitirá habilitar para su cultivo casi 630.000 m² de gavias delimitadas por 26.700 metros lineales de trastones, en esta población perteneciente al municipio de Puerto del Rosario.Mario Cabrera, presidente del Cabildo, presentaba hoy acompañado de la consejera insular de Medio Ambiente, Natalia Évora, y el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, el estado de los trabajos después de iniciarse esta actuación meses atrás con la limpieza de escombros y la retirada de basuras a lo largo de todo el barranco, una medida llevada a cabo por la Consejería Insular de Medio Ambiente a través de la campaña «Queremos Ponerte Bonita» en la que fueron retirados una decena de coches abandonados, unas seis toneladas de chatarras y dos centenares de neumáticos viejos, entre otros desperdicios.»La particular climatología de el archipiélago canario provocó la aparición de sistemas de cultivo adaptados a las necesidades específicas, poca pluviometría ( 150-200 mm anuales) vientos , suelo de origen volcánico y una flora muy diferente a la de la península. el desarrollo de la industria turística disparó el consumo de agua de las islas y modificó la sociedad entera. Así pese a la primer parte de la noticia que habla de recuperación de patrimonio y parece una seria apuesta por el medioambiente , hoy leo en Canarias 7 lo siguiente :» Las gavias garantizaron durante siglos la vida en Fuerteventura, pero ahora el 98% de este peculiarísimo sistema está abandonado. A pesar de los esfuerzos de la Administración insular, la sequía y la falta de mantenimiento está condenando a muerte a miles de árboles frutales.

En la Rosa Blanca, una fértil vega situada justo a la entrada de La Oliva, frente al cruce hacia Lajares, las lluvias otoñales han teñido de verde su dédalo de gavias. Sin embargo, las más de cien higueras plantadas entre ellas, junto a las paredes de los trastones divisorios, seguirán desnudas esta primavera

Es decir la falta de precipitaciones está llevando a la muerte a los frutales y amenazando una forma de cultivo tradicional, patrimonio cultural del archipiélago, a ello se suma el abandono de las fincas, trabajar en el campo es menos rentable que trabajar en la hostelería, se empieza dejando de limpiar los afluetnes, los matojos, se olvida la poda, el aclareo y se pòne en peligro de extinción una forma de vida.

En su momento histórico de mayor uso, la extensión de las gavias ocuparon en Fuerteventura una superficie superior a las 3.800 hectáreas. Frente a ello, en 1981 sólo quedaban en cultivo 104 hectáreas, cantidad que en la actualidad puede ser aún menor.

A pesar de su importancia, no sólo económica, sino también paisajística e incluso ecológica (como alimento para especies animales en peligro de extinción, recarga de los acuíferos y lucha contra la erosión), en los últimos 50 años se ha perdido el 98% de las gavias majoreras. Que es como decir que se ha perdido toda su tierra fértil.

De nuevo la eterna discusión sobre los sistemas de aprovechamiento, la mecanización de las labores y el papel de la tecnología, está claro que modernizar métodos optimizar recursos es una de las soluciones para mantener zonas, tareas , costumbres y paisajes, y está claro que son los gobiernos y administraciones quienes deben de poner voluntad en la recuperación y mantenimiento de todo ello, si bien los cambios en la economía y sociedad pueden provocar que al final la única flora que podamos admirar , y el único hortelano que contemplemos en un viaje sean las plantas del hotel y a su jardinero.

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